Puede que fuera un miércoles, que lloviera con ganas. Llevaba un par de días dando vueltas a la cuestión. Finalmente la curiosidad me pudo y aquel 7 de octubre de 2010 escribí mi primer texto. Era una puta mierda, sí, pero eso no me detuvo, me puse a manchar papel hasta sacar algo potable.
En esos días estaba en auge el asunto de los blogs, buen sistema para foguearse en escribir y publicar. Por supuesto me lancé a ello de cabeza con varios, algunos fallidos , otros aún existen y hasta les doy de comer de vez en cuando.
Con el tiempo me fui curtiendo lo bastante como hasta para rentabilizarlo, vendiendo algún guión, escribir conceptos y desarrollo de programas para alguna televisión local, hacer trabajos de redactor y de copy creativo, habiendo brindado servicios a varias empresas, llegando a ser durante un tiempo prolongado el departamento publicitario de una sola persona para una empresa en exclusiva. Colaboraciones en revistas desde Ajoblanco a Blog de superhéroes, para parar un tren.
Después llegaron los libros, que además de la novela y la crónica de tipo periodístico que eran mi terreno natural, me metí una temporada en el marginal submundo de la poesía, con navajas escondidas entre los ramos de florecillas, tras el que pude reinsertarme comandando una editorial como nueva experiencia para dejarla funcionando y volver a temas de creación publicitaria, narrativa e informativa a día de hoy, mientras me aguantéis y un poco más.
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