Search Engine Optimization, las siglas en inglés de SEO. Un método para escribir en internet y agradar a los buscadores. A Google, para ser específicos.
¿De que va eso? Eliges una o varias palabras clave y las vas repitiendo varias veces en el cuerpo de texto que escribas, en el titular, en negrita, cursiva, hasta en fosforito si se puede. Preferiblemente en frases cortas, que es lo que a San Google le pone, enlazando a otras webs y a artículos anteriores de la propia web en 300 palabras o menos, como la biblia SEO manda. Hasta hace poco todo se sometía al SEO, desde los textos promocionales a la prensa digital Está tan estandarizado que ya se incluyen herramientas de medición SEO en varios editores de texto, WordPress entre ellos. Unos terribles semáforos que hay que poner en verde antes de publicar cualquier contenido, perdiendo en el proceso los pocos residuos de cordura que nos quedan.
Los medios de comunicación, los blogs masivos, repletos de textos completamente SEO que hacen temblar de placer al indexador de Google, masticaditos para salir en los primeros resultados. Lo malo es que son bloques de 300 palabras que son un auténtico truño, con frases cortas con las palabras clave repetidas hasta el asco, y llegan a dar vergüenza ajena, y hasta a hacer sentir cierta pena por el medio que la publica. Los gigantes del tráfico online husmean, buitrean, y chorizan notas, videos y otras ideas por la poca capacidad de generar contenidos originales. Hasta algunos medios de tamaño medio son víctimas de esta misma práctica. Y todos todos hemos caído en esto. Lamentablemente. Será cosa de variar las costumbres.
Poco a poco, vamos apostatando del maldito SEO, que no es tan útil cuándo hay mucho buen contenido pasándose por alto. En realidad a nadie le gusta escribir así, más bien lo odian. El motivo de apostatar del SEO, pues el sentido común. Ya van dando la espalda a esa práctica hasta algunos medios de comunicación para recuperar registros tan básicos del gremio como son la opinión, la información, los artículos, reportajes… y sin límite de palabras, cien o mil, sin límite de extensión, escribiendo para personas, el público lector, y no trabajando para una máquina inconsciente e indiferente del contenido que se escriba. Ese es el camino.
Conseguir ser leido empieza por narrar algo interesante, bien relatado, y compartiendo adaptado o no a las plataformas correspondientes, excepto Facebook, que es un zombie electrónico inservible. Y por supuesto haciendo que ese texto no vaya sólo ante el peligro, que esté acompañado de otros también de interés y relevancia. Valorar lo que tiene valor y no a amorfos batiburrillos de palabras por unos cuantos clicks o visitas más.El espejismo de los buscadores está tocando a su fin. El SEO terminará por ser un escaparate de lo que publicamos, titulares de contenidos para elección del lector, lo que se supone que siempre debió ser, sin falsas apariencias.
Reajustar o directamente ignorar el SEO acabará con el asqueroso clickbait, que ayuda al falso SEO. Poner a un texto un titular espectacular para que piquemos con un clic y que el contenido no tenga nada que ver con el titular ya nos cansa. Ese trucos están muy vistos y están muriendo, cada vez caen menos incautos y los medios que los practican están siendo evitados. Ellos se lo han buscado. La dictatorial mentira del SEO acabará cuando se escriba para la gente y cesen de hacerlo para las máquinas.los designios de unas máquinas que ni leen ni entienden el contenido cuentan cada vez menos, así se reducirá notablemente la cantidad de mierda publicada. No hay atajos solo la gramática, el vocabulario, los signos de puntuación, y los buenos argumentos como recursos. Eso es lo que dará frutos.
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