Pasa la vida, y a veces nos sorprendemos de las apariciones repentinas, las abruptas desapariciones de nuevos y no tan nuevos negocios. Triste situación en una época en la que la estabilidad y la durabilidad ya no es la norma como conocimos en otros tiempos no tan remotos. Algunos terminan por caer sin haber sido apenas percibidos.
En los últimos años el ecosistema está sufriendo cambios de forma continuada, todo parece peligrosamente inestable y frágil, la cosa se pone fea, y la incertidumbre reina.
Mirar al pasado, no con tristeza, si no con ánimo de extraer buenas prácticas que puedan servir de ayuda. La publicidad, que no es ninguna novedad llevando siglos con nosotros, puede ser una gran aliada, además de una herramienta endiabladamente eficaz tanto en su vertiente digital como en la tradicional.
Un factor que tener en cuenta disponible para negocios pequeños y grandes, y una inversión con retorno, que sí bien algunos no pueden permitir contratar los servicios de una gran agencia, tienen al alcance no pocas de menor tamaño pero similar calado, además de hábiles profesionales independientes, que cuidarán de que tu marca tenga duración, relevancia, y movimiento.
Por ese motivo no ignores el gran instrumento que es la publicidad, un instrumento que se concibió para trabajar a tu favor.
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