El traficante de letras ataca de nuevo





Unas cosas dejan de ser y otras comienzan, es la estabilidad del cambio continuo. Movimiento perpetuo cuyo epicentro es la mismísima vida. De la piel muerta del ayer, crece el brillante hoy.

Así, tras mantener durante unos cuantos años un blog de narrativa y prosa poética, le di sepultura, de la que se remueve, negándose a permanecer enterrado, y tras un tiempo traficando con textos periodísticos y corporativos, llegué a contemplar y a practicar incluso, la perspectiva de rehabilitarme, dejar de garabatear letras, guardar los utensilios en un cajón, y dedicarme a otra cosa, tranquilamente, como un ciudadano ejemplar.

 Pero la cabra siempre tira al monte y hay momentos en los que algo te impulsa a agarrar las armas de bolígrafo y papel (Porque es ahí donde todo empieza, lo digital es posterior), y volver a cocinar estupefacientes de tinta para diseminarlos por el mundo y que cada cual se chute la dosis que le plazca.

De modo que casi sin haberme ido, he regresado, dispuesto a continuar narcotizando el sentido de la vista de quien le apetezca leer lo que yo tengo en mi cabeza, para que mutuamente nos estimulemos la imaginación en alucinógenos mundos que no por su condición de imaginarios, dejan de  ser probables. Drogaos con letras, leed, leed, aquí y en todas partes, leed a todos los autores, que la sobredosis de este vicio son lo mas dulce que vuestros sentidos han percibido jamás.

Comentarios