Cooperativas perseguidas

Cada cosa marcha bien, más o menos, hasta que alguien, en alguna parte, la caga y la cosa se jode. Esto es lo que ha sucedido con el asunto de las cooperativas de trabajo asociado que trabajan online. Alguien la debió cagar en Factoo, y las metidas de gamba se sucedieron, pues acto seguido la federación de autónomos denunció, y el ministerio de trabajo sacó el hacha de cortar cabezas.

No voy a decir que Factoo sea perfecto porque no tengo ni puñetera idea de si lo es o no, no soy socio de esa cooperativa, pero si metieron la pata debieron corregir el error con rapidez y no permitir que la tormenta ganase intensidad, que es lo que está pasando. Pero claro, no son los únicos que hicieron una idiotez, porque la federación de autónomos, lejos de mejorar la situación de los trabajadores autónomos de este país con esta acción, lo que hicieron fue arrojar al abismo a miles de personas que estaban trabajando legalmente pero de forma ocasional, cumpliendo con la seguridad social y todos los trámites requeridos. El gobierno, por su parte, a través de del ministerio de trabajo, subió la apuesta y la lió aún más, dando una puñalada mortal a los medios de subsistencia de un numero de personas nada desdeñable, en su mayor parte trabajadores freelance de las industrias creativas, profesiones que para los seres del gobierno no son trabajos de verdad. El más difícil todavía del gobierno fue exigirles cuotas de autónomo a aquellos que jamás lo fueron porque nunca pudieron permitírselo.

Las consecuencias de esta serie de desafortunadas acciones, o de memeces, según se mire, son que aquellos que se buscaban la vida para poder trabajar y ganarse la vida y que no les alcanzaba ni para la mitad de la cuota de autónomos y que tampoco estaban contratados por cuenta ajena, están ahora condenados de nuevo a la economía sumergida, o al devastador desempleo total.

Por otro lado, el resto de cooperativas echan el cierre ante la aterrado campaña de acoso y derribo  del gobierno, una acción que evidencia mala fe, o una enorme estupidez por parte del gobierno, que dice luchar contra el desempleo y la economía sumergida pero que las está fomentando con todos los medios a su alcance. Se ceban con un colectivo de trabajadores que contribuyen con su labor si no al crecimiento, si al mantenimiento de la economía a través de una nueva modalidad, un nuevo concepto de trabajo para muchos sectores profesionales que escapa al encorsetado entendimiento de algunos.

El resultado lo padecemos o padeceremos todos, y una vez más nuestros gobernantes nos amargan la vida hasta el punto de quitarle a la gente los medios para ganársela.